QUÉ ES EL PIE CAVO Y CUÁLES SON SUS CAUSAS
¿Qué es el pie cavo?
Se considera pie cavo (también pie excavado, arqueado o hueco) a la deformidad del pie que se caracteriza por su arco plantar más acusado de lo normal. En este tipo de pie el peso se concentra en la zona del talón y del metatarso (debajo de los dedos) y no apoya la parte media o externa del pie. Esta deformación puede ser congénita o en la mayoría de casos adquirida. Esta deformación se desarrolla por la alteración en la tensión muscular del pie y la pantorrilla.
La alteración que sufre el pie cavo puede ser visible a causa de su acentuación, generalmente sin presentar síntomas. Sin embargo, los pies son la base biomecánica del cuerpo y si estos se ven alterados puede desestabilizar otras zonas del cuerpo, ocasionando incluso dolor o promover lesiones.
¿Cuáles son los síntomas del pie cavo?
El pie cavo puede presentar diferentes síntomas en consecuencia del exceso del arco plantar, tales como:
- Dolor, sensibilidad o calambres en los pies. El pie cavo genera tensión sobre la región o fascia plantar que se sobrecarga o produce dolor.
- Dolor en la musculatura plantar y dorsos de los pies. Se produce una retracción de la musculatura por el exceso de bóveda plantar, generando microrroturas de las estructuras músculo-ligamentosas.
- Dolor en piernas, rodillas, cadera o espalda. Esto viene provocado por sobrecargar la parte delantera y trasera del pie en lugar de tener un peso corporal repartido entre todas las zonas.
- Inestabilidad en pies y tobillos o cambios en la forma de caminar. La falta de apoyo en la zona media y lateral del pie puede causar sensación de inestabilidad, por lo que existe la posibilidad de surgir esguinces de tobillo o volver a producirse si ya se ha sufrido uno previamente.
- Dificultades con los zapatos. Tener el pie cavo puede dificultar encontrar zapatos en los que el pie se adapte correctamente y permita caminar correctamente.
- Hiperqueratosis (callosidades o durezas plantares o en dedos). A causa del exceso de presión que soporta la zona, pueden producirse durezas plantares e inflamación.
¿Cuáles son las causas del pie cavo?
La presentación del pie cavo puede determinarse por diferentes causas. En muchas ocasiones el pie cavo es genético y en el 80% de los casos se relaciona con una enfermedad neurológica, es decir, por posibles desequilibrios musculares, con una alta posibilidad que esta sea producida por una afectación neuromuscular. Lo más habitual es que el pie cavo se vaya desarrollando con el tiempo. Algunas de las causas más comunes que afectan al sistema neuro-músculo-esquelético son las siguientes:
- Tensión muscular en los músculos del pie y de la pantorrilla que va dando forma a ese pie cavo.
- Los músculos pequeños como el peroneo largo o el peroneo corto pueden verse dominados por músculos inversores más fuertes y esto provoca un retropié invertido.
- Puede incrementar la flexión plantar en los huesos metatarsianos a causa de los músculos flexores de la espalda que se encuentran dominados por los flexores de la planta del pie.
- Otras causas como lesiones vasculares, lesión del nervio peroneo, la consolidación defectuosa del cuello del astrágalo o en el calcáneo o también posibles fracturas tibiales.
Pie cavo: grados diferentes en función de la deformación
- Pie cavo posterior o calcáneo-varo: este tipo es el que presenta mayor inclinación y se encuentra más en el calcáneo, por lo que en este predomina la caída del talón.
- Pie cavo anterior: es el tipo más frecuente. Los metatarsianos presentan un descenso más pronunciado favorecido por la deficiencia de la musculatura flexora del pie.
- Pie cavo con talón neutro: el calcáneo está muy arqueado debido a la posición en flexión plantar del antepié sobre el retropié.
¿Cómo prevenir el pie cavo?
El pie cavo es, en su mayoría, una alteración genética, por lo que es complicado prevenir la aparición de este. Los estiramientos y el uso de plantillas ortopédicas pueden ayudar a disminuir los síntomas y aliviar las tensiones musculares. Desde Fisio B te ofrecemos algunos consejos que te servirá para aliviar las molestias si las causas son congénitas como ejercicios de movilidad en músculos de pie y pantorrilla, estiramientos pautados, automasaje del pie con pelota y automasaje manual en la fascia plantar. También, usar calzado cómodo o plantillas y caminar descalzo por superficies como la arena de la playa o el césped del jardín, ya sea natural o artificial.
Pie cavo: tratamiento
No existe un tratamiento definido para eliminar el pie cavo, pero sí para corregir la postura del pie y evitar su continuo desarrollo. Antes de decidir qué tratamiento será el más correcto para cada paciente, se deberá realizar un estudio en manos de expertos. Una vez hecho el estudio podemos encontrar los siguientes tratamientos para el pie cavo:
- Uso de plantillas ortopédicas para pie cavo. Estas deben utilizarse junto a un calzado apropiado para que el pie no quede comprimido y provoque el efecto contrario. También podemos optar por usar un calzado ortopédico a medida, lo que permitirá un mayor confort y cuidado de los pies. Las plantillas ortopédicas ayudan también a mejorar y evitar molestias en los tobillos, las rodillas, la cadera y la espalda.
- Ejercicios de estiramientos y fortalecimiento. Estos ejercicios ayudarán a mejorar la flexibilidad del pie y reducir la tensión muscular. También permitirán fortalecer los músculos del pie y esto disminuirá la presión sobre el arco del mismo.
- Cirugía. Esto solo se requerirá en casos graves de pie cavo. El tratamiento con cirugía libera la tensión y reduce la presión de los tendones en la parte inferior del pie colocando tornillos o placas para conseguir la estabilización del arco plantar.
- Otros tratamientos que pueden ayudar a aliviar las molestias y que se pueden realizar en casa son el uso de hielo para reducir inflamación, elevación de piernas para mejorar la circulación y los ejercicios de estiramiento para fortalecer la musculatura.
¿Cuál es el mejor calzado para el pie cavo?
Como hemos comentado anteriormente, el uso de plantillas y calzado ortopédico ayuda a corregir la postura del pie y a evitar posibles molestias musculares en diferentes zonas del cuerpo. Las plantillas ideales para el pie cavo son aquellas que son de gel, rellenan el arco plantar y ayudan a la amortiguación del pie. Por otro lado, el mejor calzado para el pie cavo es aquel que sea cómodo, permitiendo la movilidad de los dedos en el interior, evitando que estos queden agarrotados y evite la pronunciación del pie como es en el caso de los tacones. Además, el calzado debe ser ancho y flexible para una mejor movilidad, evitando posibles rozaduras.
En nuestro centro Fisio B encontrarás tratamientos de fisioterapia que ayudarán a aliviar la tensión muscular provocada por el pie cavo.